Elena Laura Serrano abre su jardín cada verano, invita a un grupo de jugadores de poesía y luego tiene la valentía y el coraje de publicar un libro. Este verano pasado Gracia Morales Ortiz, Marga Blanco, María Villa, Jesús Amaya, Jesús Montiel, David Hidalgo, Ana Gámez Tapias,Ramón Repiso y yo recibimos esa curiosa invitación a cenar y decir versos, mientras el fresco nocturno de la Vega pasaba al jardín. Ahora, ese libro que recoge aquella noche, se presentó el próximo jueves 14 de enero, a las 19:00 h. Y nos acordaremos del verano, que nos va a ir haciendo falta con este frío que viene.
La lectura me hizo reflexionar cómo hay una interesante coincidencia en un tema que se repite en algunos de los poetas que allí estuvimos (especialmente, y allí, Ramón en su Pecados de Familia, Gracia en Almuerzo Familiar, Marga Blanco, yo mismo) y que no es muy habitual en la poesía. Se trata de una reflexión sobre la familia, la de cada cual, y sobre todo acerca de la figura del padre.
Una de mis aportaciones en este libro es NUEVOS MODELOS DE FAMILIA, que abunda en esta línea.
NUEVOS MODELOS DE FAMILIA
Cuando yo vine al mundo,
cabeza, sangre y pelo,
año de 1940,
contaban la vida en despensas
vacías
y una escoba valía
por dos latas de atún.
Pero de nada vale
mi tío fusilado
y mi padre viudo
de un parto tan difícil.
Cuando yo vine al mundo
mi abuela fue mi madre,
mi tía fue mi madre,
porque mi madre se quedó
entre formol y gasas miserables
del hospital de San José.
Olor a jabón de Marsella falso,
estraperlo,
mi hermano camina de la mano de mi padre
hacia el manchón de las anclas, donde el paredón
dejó la frente de mi tío entre sangre y pelo,
y cogen cañaíllas
y bocas de la isla.
Yo miro la calle Real,
vestido de gitana colgado en el armario,
alcanfor, madera de pino
antiguo de Chiclana.
El vestido lo han hecho
mi madre y mi madre y la novia de mi padre,
porque mi abuela fue mi madre,
mi tía fue mi madre
y Elena, novia blanca de mi padre,
sabe coser.
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