sábado, 24 de octubre de 2009

AMBIVALENCIA, DE IRVING LAYTON

Abandono mi hogar
y dirijo mis pasos
a la biblioteca
donde poetas y amantes
han dejado en custodia
su saber esencial.

Pero, rayos, algún dios monstruoso
me hace girar los pies
y me encamina hacia tu domicilio.
Yo me digo que no, que no iré nunca
a verte
aun cuando esté llamando ya a tu puerta.



AMBIVALENCY
I forsake my home / and direct my steps / to the library / where poets and lovers / have left their wisdom / for safe-keeping.
Hell, some monstruous god / twists my feet around / and turns me towards your abde. / I tell myself I won´t ever come / to see you / even as I ring your doorbell.

(Traducción de Salustiano Masó, para Hiperión, 1980)

viernes, 23 de octubre de 2009

ZAIDÍN, CIUDAD SIN LEY

No hace mucho, me dediqué a fotografiar paredes y otros elementos urbanos (no sólo de las calles de Granada). Aquí iré colgando una muestra bajo la etiqueta ESTAMPADO EN LA PARED.




jueves, 15 de octubre de 2009

CRÍTICA DE RAFAEL ESPEJO A "EL DETECTIVE DEL ZAIDÍN" EN GRANADA HOY

Granada, para quienes no la conocen, empieza y acaba poco menos que en el Albaycín: su poquito de Sacromonte, sus miradores panorámicos, su Alhambra, su Paseo de los tristes y acaso el pellizco de Plaza Nueva con Elvira, donde las terrazas con solete y músicas del mundo, las teterías escapistas y los bazares de cartón piedra hacen las delicias del turismo de postín. Granada, tierra mora. Un marco incomparable para las fotos, lindos souvenirs con los que pavonearse a la vuelta: "yo estuve allí", dijo una vez el mismo Bill Clinton. LEER MÁS

viernes, 2 de octubre de 2009

Emilio Salgari a sus editores

Fragmento de la carta escrita antes de que el escritor se suicidase por el rito japonés del Seppuku:

A mis editores: A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que en compensación por las ganancias que os he proporcionado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma. Emilio Salgari.