Artículo de Félix Macherez en VICE
miércoles, 21 de mayo de 2014
domingo, 18 de mayo de 2014
Algunas greguerías, de Ramón Gómez de la Serna
Los globos
de los niños van por la calle muertos de miedo.
El bebé se
saluda a sí mismo dando la mano a su pie.
El sueño
es un depósito de objetos extraviados.
Los
recuerdos encogen como las camisetas.
La prisa
es lo que nos lleva a la muerte.
En cada
día amanece todo el tiempo.
El más
sorprendido por la herencia es el que tiene que dejarla.
Es
sorprendente cómo se mete la fiebre en el tiralíneas del termómetro.
La
medicina ofrece curar dentro de cien años a los que se están muriendo ahora mismo.
En lo que
más avanza la civilización es en la perfección de los envases.
El
ventilador debía dar aire caliente en invierno.
Un país
donde los que juegan al toro siempre encuentran quien haga de toro es un país
paradójico progresivo.
La
historia es un pretexto para seguir equivocando a la humanidad.
En las
grandes solemnidades llenas de personajes uniformados parece que hay algunos
repetidos.
No importa
que nuestro vaso sea pequeño, pues lo importante es que la botella esté llena.
La
gasolina es el incienso de la civilización.
Durante la
noche, el gobierno está en crisis total.
Donde el
tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas.
No se
deben dejar las tijeras abiertas porque así podrán cortar el hilo del destino.
jueves, 1 de mayo de 2014
BIENVENIDA A UNA WEB
El pasado 29 de abril, se cumplieron 29 años del nacimiento del poeta Javier Egea (1952-1999). Esa fue la fecha elegida para abrir al público la web www.javieregea.com, con la que se pretende crear un punto de encuentro para los seguidores del poeta y un espacio para la difusión de su obra. Han pasado casi quince años de su fallecimiento, así que es una buena noticia que, al fin, tenga el lugar que se merece en la web.
LEER El capital
Hipócrita
lector, hermano, camarada,
hoy me
atrevo a contar tus años y los míos:
mira tanta
ceniza
como una
herencia gris entre las manos,
mira sangre
o asombro tu corazón y el mío tiritando
sobre el
extraño hedor de las palabras muertas.
Aventada la
vida –sus pavesas–,
es urgente
romper hacia otro norte
aun llevando
en los pasos
la certeza
diaria de la muerte.
Hoy es
preciso un alto en la derrota.
¿Acaso en tu
costado no latía,
no era la
misma cicatriz en todos?
¿Por qué la
soledad, cómo la muerte,
sino
muérdago en flor de tanto expolio?
Hoy parece
imposible aquella historia,
imposible y
brutal tanto mar a lo lejos,
rosetta de
los muros descifrados,
los raíles
brillantes bajo el puente y miguel,
la ciudad
adentrada en el estrago
y yo desnudo
aquí y en público sangrando
como si
nunca nada me hubiera sucedido.
Hoy
sólo sé que existo y amanece.
Javier Egea (Coda, en Troppo Mare)
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