viernes, 2 de julio de 2010

LA SEÑORA

Vino flaca, sobre tacones, una percha en el escote, bajo la nuez. Morena, muy morena, quemada la piel como de rayos uva hasta las cejas. Traje de seda negro en minifalda vaporosa. Muchos años para andar con ese vestido, pensé, mi hermano. El pelo gris ceniza, hacia atrás, le faltaba colocarle una pamela. Larga y seca, con la nariz chata y estirada, mala operación de lifting. Andaba como una señora guiri que muchos dirían que ya dejó de serlo. Y no corría una pizca de aire en la habitación. Arrugas, fashion peor, mi hermano, con la peste de haberse maqueado sin ducharse. Para mí, como la Señora de los Sudores de la Muerte, y, entonces, me dijo:
- Hi, my darling, i´m your peor resaca.

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