“Cultura” es un término utilizado en múltiples sentidos, y que rara vez utiliza un texto o una adjetivación aclaratoria. Muchas de sus definiciones se soportan en sesudos comentarios, donde es precisa una formación académica. En este breve post exponemos la visión personal y clasificatoria de los usos que se suele hacer del término en el lenguaje común.
ANTROPOLÓGICO o FILOSÓFICO: Los antropólogos de la antigua escuela lo relacionban simplemente con todo el complejo campo de actividad humana. Por ejemplo, Kroeber y Kluckhon, agruparon más de 150 definiciones y es canónica la pronunciada por Edward B Tylor en el siglo XIX. Su conceptualización atraviesa corrientes de pensamiento con posturas que van desde el simbolismo al marxismo, del estructuralismo al funcionalismo. Por extensión se opone al concepto de “genética” en la herencia humana y su evolución. Es el objeto de estudio de la antropología. Algunos antropólogos no la limitan a los seres humanos. En este sentido decimos: “la cultura vasca”, “la cultura del Imperio Romano”, “la cultura rural europea contemporánea”, "cultura urbana", “la cultura cheyenne”… A ello nos referimos cuando decimos que determinada actividad forma parte de una cultura, o no, según la adjetivación del término. No admite la oposición “in-cultura”, ya que no existe ser humano sin cultura en este sentido. En ella se enmarcan disciplinas como la "Teoría General de la Cultura", la "Filosofía de la Cultura", etcétera.
ANTROPOLÓGICO o FILOSÓFICO: Los antropólogos de la antigua escuela lo relacionban simplemente con todo el complejo campo de actividad humana. Por ejemplo, Kroeber y Kluckhon, agruparon más de 150 definiciones y es canónica la pronunciada por Edward B Tylor en el siglo XIX. Su conceptualización atraviesa corrientes de pensamiento con posturas que van desde el simbolismo al marxismo, del estructuralismo al funcionalismo. Por extensión se opone al concepto de “genética” en la herencia humana y su evolución. Es el objeto de estudio de la antropología. Algunos antropólogos no la limitan a los seres humanos. En este sentido decimos: “la cultura vasca”, “la cultura del Imperio Romano”, “la cultura rural europea contemporánea”, "cultura urbana", “la cultura cheyenne”… A ello nos referimos cuando decimos que determinada actividad forma parte de una cultura, o no, según la adjetivación del término. No admite la oposición “in-cultura”, ya que no existe ser humano sin cultura en este sentido. En ella se enmarcan disciplinas como la "Teoría General de la Cultura", la "Filosofía de la Cultura", etcétera.
CLÁSICO o POPULAR: Identificado con el concepto de Alta Cultura, se limita al gusto por las Bellas Artes y las Humanidades. Es el concepto, que por ejemplo, resulta de una identificación de la alta cultura y las clases sociales altas en los modelos euroamericanos. También conduce a la confusión de términos entre cultura y civilización, aunque este aspecto se remitiría a conceptos antropológicos del siglo XIX. Es en este sentido cuando se habla de una persona “culta” o “inculta”.
ADMINISTRATIVO o POLÍTICO: Es el que aparece en denominaciones como “Ministerio de Cultura”, “Consejería de Cultura”, o en declaraciones universales de derechos humanos, generalmente conceptualizadas por la UNESCO. Su contenido depende de una definición política, y por tanto arbitraria, que puede incluir artes, patrimonio, lengua... o no. Es en este sentido cuando se habla de “bien cultural”, “derecho de acceso a la cultura”, "actividades culturales", "animación sociocultural", "gestión cultural" o “democratización de la cultura”.
SOCIOLÓGICO: Remite a determinadas corrientes de pensamiento o acción de grupos humanos, instituciones, organismos, no determinados necesariamente por un territorio que se distinguen por sus creencias o compartimientos. Es cuando se habla de “la cultura de la droga”, “la contracultura”, la “subcultura”, la “cultura del pelotazo”…
INDUSTRIAL: La que se somete a las leyes de los mercados y conceptualiza la cultura como un segmento de productos sujetos a las leyes de la oferta y la demanda. Se basa en una identificación del producto en el mercado, y por tanto es discrecional. El concepto industrial exigiría una reproducción en serie del producto. De ella se trata cuando se dice “industria cultural”.
Lamentablemente el tema es demasiado amplio para tratarlo en un breve post que no pretende ser académico, sino plantear dudas clasificatorias. En la red existen múltiples artículos, libros y extensos ensayos que discuten sobre la cuestión.
Lamentablemente el tema es demasiado amplio para tratarlo en un breve post que no pretende ser académico, sino plantear dudas clasificatorias. En la red existen múltiples artículos, libros y extensos ensayos que discuten sobre la cuestión.
Vale, ¿ y tu versión personal? porque me metí aquí para leerla.....
ResponderEliminarNo creo que sea cuestión de una visión personal,Mariano, sino de que se utilizan todos estos sentidos indiferentemente. Cuando yo me dedico profesionalmente a la cultura, lo hago en el sentido "administrativo-político", cuando la estudio leyendo una monografía sobre los hutus o un libro de Levi Strauss o Geertz (es un poner) la hago en el antropológico; cuando llaman "cultura" a una televisión privada me cabreo porque utilizan el concepto industrial demoniacamente, etc... Creo, eso sí, que en nuestra lengua hemos estado torpes en generación de términos: posiblemente porque no es tan interesante la reflexión como nos parece a los que estamos "dentro". Abrazos.
ResponderEliminarDe todas maneras, el post solo quería intervenir en algunas discusiones que se entablan sobre "cultura" cuando ambos conversadores están hablando en términos de significado totalemnte distintos...
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