¡oh, todopoderoso Carnaval de Cádiz!
creador del cielo inmenso de los pobres
y creador de la tierra como calle.
Creo en el Tío de la Tiza, su hijo primero,
y en todos sus hijos, los otros, los chirigoteros,
que los concibieron por la obra y la gracia del divino espíritu
que el pueblo necesita,
el pueblo que aquí nació, de la virgen Tacita.
Creo en ti,
¡oh, todopoderoso Carnaval gaditano!
Que padeció el poder bajo tantos tiranos
hasta ser crucificado, muerto y sepultado.
Que desde lo profundo de los infiernos
resucitó al tercer siglo de entre los muertos
y ascendió a la Cruz Verde y allí está sentado a la izquierda del Falla.
A donde vive su reino para que la gente viva feliz
aunque no tenga gobierno.
Creo en el espíritu libre y santo,
en la iglesia de los compases celestiales,
en la comunión de la gente cantando,
en el perdón de los pecados inmorales.
En la resurrección de las caras pintadas de blanco
y creo en la vida eterna de los carnavales,
y creo en la vida eterna de los carnavales.
Juan Carlos Aragón (1967-2019)
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