Escribo un 30 de abril, aunque lo diga el chivato de la fecha que figura más arriba -o más abajo. Nunca conocí, o nunca recuerdo a un equipo pendiente de conseguir tres títulos: Copa, Champions y Liga. Al menos que sea de nuestra Liga.
(La Liga -esto es un inciso-, es la única manifestación de la “Unidad” española, que no de la Península Ibérica: yo disfrutaría con un derby Oporto-Barça o un Benfica-Madrid).
El caso es que no recuerdo esa oportunidad. El FC Barcelona se juega en los próximos días partidos que le convienen en toda función matemática. De tres resultados posibles (1-X-2), dos le dan casi toda la Liga (me niego a llamarla BBVA, y ya la he llamado). De tres resultados posibles, dos le dan el pase a la final de Champions, excluyendo penaltis. Y de tres resultados posibles, dos (incluyendo penaltis al cincuenta por ciento, es la única situación “justa” de las tres) le dan la Copa del Rey. Matemáticamente sería imposible que los barcelonistas no nos llevemos una (o dos, o tres) alegrías enormes este año. Pero la Matemática no conoce de preferencias, de gusto, de emoción. Son números. Números que a veces te pueden hacer ganar la quiniela. Pero poco más.
El Barcelona está en una oportunidad no vista -el Madrid, por poner un caso, hace la Eternidad que no se vió en estas. Le basta al Barça un 2/3 (y poco más) de Matemática. Pero ya se sabe que el control de la Inmensidad a través de los Números no coincide con la Realidad necesariamente: puede darse un 1/3 desfavorable en todos los campos. Pero… ¿y lo que hemos disfrutado?
Si el fútbol es justo, o al menos matemático, 2/3 deben caer. Esto es dos títulos de tres. Lo demás es una transgresión y un feo al dicho de que gane el mejor.
(La Liga -esto es un inciso-, es la única manifestación de la “Unidad” española, que no de la Península Ibérica: yo disfrutaría con un derby Oporto-Barça o un Benfica-Madrid).
El caso es que no recuerdo esa oportunidad. El FC Barcelona se juega en los próximos días partidos que le convienen en toda función matemática. De tres resultados posibles (1-X-2), dos le dan casi toda la Liga (me niego a llamarla BBVA, y ya la he llamado). De tres resultados posibles, dos le dan el pase a la final de Champions, excluyendo penaltis. Y de tres resultados posibles, dos (incluyendo penaltis al cincuenta por ciento, es la única situación “justa” de las tres) le dan la Copa del Rey. Matemáticamente sería imposible que los barcelonistas no nos llevemos una (o dos, o tres) alegrías enormes este año. Pero la Matemática no conoce de preferencias, de gusto, de emoción. Son números. Números que a veces te pueden hacer ganar la quiniela. Pero poco más.
El Barcelona está en una oportunidad no vista -el Madrid, por poner un caso, hace la Eternidad que no se vió en estas. Le basta al Barça un 2/3 (y poco más) de Matemática. Pero ya se sabe que el control de la Inmensidad a través de los Números no coincide con la Realidad necesariamente: puede darse un 1/3 desfavorable en todos los campos. Pero… ¿y lo que hemos disfrutado?
Si el fútbol es justo, o al menos matemático, 2/3 deben caer. Esto es dos títulos de tres. Lo demás es una transgresión y un feo al dicho de que gane el mejor.
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